El promedio de bateo (batting average) es la cifra que se utiliza para medir la efectividad de un bateador. Esta herramienta es la más utilizada desde que se inventó el beisbol para medir que tan exitoso es un bateador y se calcula dividiendo los hits conectados entre la cantidad de turnos oficiales al bat y generalmente se redondea a tres decimales.
Aunque hoy en día el uso de las estadísticas ha adquirido una mayor importancia para la toma de decisiones de los mánagers, en los viejos tiempos en realidad las únicas estadísticas ofensivas que realmente tenían un valor era la del promedio de bateo (AVG.), Homeruns Conectados (HR) y Carreras Producidas (RBI). Aun así, el promedio de bateo es la estadística más importante a la ofensiva y determina al Campeón Bateador de un torneo o liga. Evidentemente para calificar a ser Campeón Bateador se necesita haber cumplido con un mínimo de apariciones al bat que la liga determina de acuerdo al número de partidos jugados.
Se considera que batear para un promedio de .300 (3 hits en cada 10 turnos oficiales), es estar en un buen nivel de bateo e inclusive la frase “estoy bateando arriba de .300” es muy utilizada coloquialmente como metáfora como para indicar que se están haciendo bien las cosas.