Dirán algunos que es un simple “slump” y que son cosas normales del beisbol. Otros seguramente argumentarán que todas las estrellas han pasado por malas rachas y que tarde o temprano se recuperan y dejan constancia de su calidad.
Lo cierto es que en el caso del cubano – mexicano Randy Arozarena son ya varios meses de un rendimiento mediocre en relación a lo que se espera de él. Desde febrero cuando comenzó el Spring Training su rendimiento fue muy bajo, participó en 15 juegos de la pretemporada y su promedio de bateo fue apenas de .150 producto de 6 imparables en 40 turnos al bat. Sobra decir que es por mucho el peor Spring Training de toda su carrera.
En Tampa Bay esperaban una mejoría del antillano con el comienzo de la temporada regular, sin embargo, la situación no ha cambiado y su promedio de bateo al 8 de mayo es de .152, prácticamente el mismo de la pretemporada.
El mes de abril fue paupérrimo con un bajísimo .112 de porcentaje, el más bajo de todos los jugadores titulares de los Rays. En mayo ha repuntado ligeramente pero aún está lejos del mejor nivel que le hemos conocido.
Las próximas semanas nos darán un panorama más claro para analizar sí realmente sólo era un slump, ó, si es verdad que su magia está terminando.