El 20 de agosto cuando el equipo de la Liga Matamoros, representante de México en Williamsport eliminó a Cuba con un regreso sensacional en la última entrada, resultó en un cúmulo de momentos sumamente emotivos.
Hubo uno que pocos vieron y refleja la grandeza de los niños mexicanos:
Al final del juego y en una maravillosa muestra de deportivismo, varios jugadores mexicanos corrieron hacia un niño cubano que yacía en el césped totalmente desconsolado, lo levantaron, lo abrazaron y le dieron palmadas en la espalda.
Ésta es la esencia del Beisbol Infantil, por eso es el deporte número uno en cuanto a formación de seres humanos. De esto se trata realmente la competencia y el respeto mutuo en la competencia.
El juego fue excelente, con ambos equipos peleando de principio a fin, con respeto y elegancia.