Hoy se tomó la decisión de posponer el juego 1 de la Serie Final de la Liga Mexicana. Quizá en otros tiempos se tuvo que recurrir a esas determinaciones a causa de la lluvia, pero nunca antes por una protesta política y social.
La frase “pagar los platos rotos”, que se usa para decir que se es injustamente castigado, por un hecho del que no se es responsable, aplica para el béisbol el día de hoy.
Al mediodía varios jóvenes de diversas universidades y trabajadores del Poder Judicial, tomaron ambos carriles de la prolongación del Viaducto donde se ubican las entradas al Autódromo y al Estadio Alfredo Harp Helú, amenazando no moverse hasta que fueran recibidos por Ricardo Monreal, coordinador del partido Morena en la Cámara de Diputados. Utilizaron la Sala de Armas, (que se ubica al lado del estadio) como sede alterna, y los manifestantes contra la reforma judicial se dejaron ir a los alrededores provocando un tremendo caos.
Impidieron desde poco después del mediodía el acceso para la gente que necesitaba entrar para realizar diversas tareas de trabajo con relación al juego de béisbol, llámese prensa, trabajadores del estadio, encargados de seguridad, vendedores de comestibles etc…, se procedió a abrir el acceso de la puerta 15, pero los manifestantes no tardaron mucho en llegar también a ese punto y bloquearon ese acceso a las 3:25 de la tarde. Nos tocó ser testigos de esta acción, fue una tristeza ver a la policía totalmente sometida.
Más triste es ver una sociedad dividida donde la violencia es lo que impera, donde el respeto para las actividades de otros no existe y nada importa perjudicar a terceros. Los políticos que no quieren dialogar, y a los manifestantes no les importa afectar a terceros. La vida de México está viéndose afectada y el beisbol no es ajeno a ello.