El 23 de octubre de 1981 se jugó el tercer juego de la Serie Mundial de ese año entre los Dodgers de Los Ángeles y los Yankees de Nueva York. El equipo californiano había perdido en el Yankee Stadium los dos primeros desafíos con pizarras de 5-3 y 3-0, y prácticamente estaban contra la pared.
Los pitchers para aquel Juego 3 fueron el mexicano Fernando Valenzuela por parte de los Dodgers y Dave Righetti por parte de los visitantes en Dodger Stadium.
Fernando comenzó el juego con una base por bolas a Willie Randolph, pero salió ileso de ese primer capítulo obligando a Lou Piniella a roletear para doble play. El equipo angelino, comandado por Tom Lasorda tomo ventaja de 3-0 en el cierre de esa primera entrada con un homerun de tres carreras de Ron Cey.
Los Yankees atacaron al Toro en la parte alta de la segunda con dos carreras, la primera de ellas con un cuadrangular de Bob Watson, y posteriormente en el tercer capítulo se fueron arriba con un homerun de dos carreras de Rick Cerone. Los Dodgers perdían 4-3 y todas las miradas se dirigían hacia Tom Lasorda, como pidiéndole que considerara un cambio de lanzador, muchos pensaban que el novato sensación no estaba controlando los nervios en su debut de Serie Mundial. Pero Lasorda tenía una fe ciega en el sonorense y ni siquiera consideró el cambio.
Valenzuela siguió en el juego y retiró sin problemas la cuarta entrada. En la quinta, el primer bateador Bob Watson abrió con un doble de terreno, pero el Toro, se repuso y colgó el cero con dos ponches y un roletazo en el cuadro. Precisamente en el cierre de ese quinto capítulo, los Dodgers recuperaron la ventaja anotando dos carreras, con un sencillo de Steve Garvey, base por bolas para Ron Cey y doblete impulsador de Pedro Guerrero, quien después anotó en un roletazo de Mike Scioscia.
Después de 5 entradas completas la pizarra estaba 5-4, un score que ya no sufriría cambios en el resto del juego.
Fernando cada vez se veía más fuerte y más confiado. Las entradas 6 y 7 las gestionó con facilidad y el único susto vino hasta el octavo inning cuando le abrieron con dos sencillos del mexicano Aurelio Rodríguez y Larry Milbourne. Cualquiera habría pensado en ese momento que ahora sí, Fernando saldría del juego, pero Lasorda pensaba diferente, como si a él ya le hubieran avisado lo que estaba por suceder.
Bobby Murcer entró a batear de emergente e intentó un toque de sacrificio, pero falló y su toque fue fildeado de aire por Ron Cey, quien se avivó tirando rápidamente a primera base para consumar un doble play. Y por si esto fuera poco el siguiente bateador, Willie Randolph roleteó a tercera y puso out a Aurelio Rodríguez que era el corredor en segunda.
En el cierre de la octava Mike Scioscia se embasó con hit sencillo y toco el turno al bat a Fernando Valenzuela. El mexicano intentó un toque de sacrificio que salió un poco largo y el out forzado fue en la segunda almohadilla y Fernando llegó safe a primera base. ¿Corredor emergente?… ¡por supuesto que no! Los siguientes bateadores, Davey Lopes y Bill Russell fueron dominados rápidamente.
En la parte baja de la novena entrada, con todo el Dodger Stadium de pie, se vivieron momentos increíbles e inolvidables. Jerry Mumphrey roleteó a segunda y fue el primer out de la entrada, luego Dave Winfield fue dominado con elevado al jardín derecho y Fernando Valenzuela completó el juego con un ponche a Lou Piniella. El estadio era un manicomio.
No fue un juego fácil para Fernando. Le conectaron 9 hits y otorgó 7 bases por bolas, pero salió avante en los momentos importantes, ponchó a 6 y se acreditó una victoria con juego completo. Los Dodgers ganaron los tres siguientes y se quedaron con el título de la Serie Mundial.