En los círculos del béisbol, Alex Rodríguez es un referente obligado. La historia del beisbol no puede olvidarlo, porque sus estadísticas demuestran que es uno de los más prolíficos de todos los tiempos (probablemente entre los cinco primeros). Sin embargo, hay una cosa que muy probablemente se puede olvidar y es cualquier esperanza de que A-Rod alguna vez sea elegido para el Salón de la Fama por la Asociación de Escritores.
Este es su cuarto año en la boleta y de acuerdo a lo que se conoce del avance de los votos, sus probabilidades son mínimas.
Lo que nos queda es un inmortal del beisbol en el mismo estadio que Fernando Valenzuela, Barry Bonds, Roger Clemens y Pete Rose: técnicamente no son miembros del Salón de la Fama, pero todos saben que eran lo suficientemente buenos para serlo. Y, sin embargo, ya sea a través del autosabotaje o de un estándar injusto e inconsistente, dependiendo del punto de vista de cada uno, ninguno será inmortalizado con un busto en Cooperstown.
No hay absolutamente nadie que vea béisbol que pueda cuestionar el mérito de A-Rod para el Salón de la Fama sin circunstancias atenuantes. El tres veces Jugador Más Valioso lideró la liga en carreras anotadas cinco veces, hits una vez, dobles una vez, jonrones cinco veces, carreras impulsadas dos veces, promedio una vez, slugging cuatro veces, OPS dos veces y WAR seis veces. Fue 14 veces All-Star. Ganó un anillo de Serie Mundial, 10 Bats de Plata y dos Guantes de Oro. Cambió de posición en mitad de la carrera y no perdió el ritmo en defensa. Terminó con 3,115 hits (23° de todos los tiempos), 548 dobles (33°), 696 jonrones (5°), 2,086 carreras impulsadas (4°), 2,021 carreras (8°) y 329 bases robadas. Entre los jugadores de posición, ocupa el puesto 12 de todos los tiempos en WAR. Los únicos jugadores en la historia que superaron las 2.000 carreras y carreras impulsadas fueron A-Rod, Hank Aaron y Babe Ruth.
