Después de haber presenciado todos los juegos de la Serie del Rey a detalle, confirmamos una sospecha-comentario que hicimos a través de esta página cuando los Sultanes ganaron la Serie de Campeonato de la Zona Norte, en el sentido de que los Tecos de los Dos Laredos habrían ofrecido una mayor competencia a los Diablos Rojos.
El problema es, de acuerdo a nuestra opinión, que el equipo de la frontera no supo aprovechar una evidente superioridad que tiene en relación al roster del equipo de Monterrey, y cuando quiso ya no pudo.
En el equipo de los Sultanes no vimos pitchers (a excepción de Tarpley) con la capacidad que demostraron a lo largo de la temporada Stock, Antone y Guerra para dominar a bateadores de experiencia de Grandes Ligas, ni tampoco bateadores con la personalidad de un Ravelo, o Vargas, o Vásquez, para enfrentar lanzadores tan fuertes como Trevor Bauer o Brooks Hall.
Y qué decir de peloteros con la garra de un Cade Gotta, él solito ha demostrado tener más fortaleza mental que lo que vimos en la Serie del Rey de todo el line up de los Sultanes.
Creemos que en series finales el pitcheo es fundamental y los Tecos, sí tenían un staff competitivo.
Pero a fin de cuentas fueron los propios jugadores fronterizos los culpables de quitarle a su afición el privilegio de verlos pelear por el título, la clave estuvo en el segundo juego de la Serie de Campeonato, cuando dejaron ir una ventaja de 6 en la octava entrada. Ahí cambió toda la historia.