En 1981 Fernando Valenzuela lo ganó todo. Ganó el premio Cy Young como el mejor pitcher de la Liga Nacional, también se quedó con el nombramiento de Novato del Año y como campeón de la Serie Mundial con los Dodgers recibió su correspondiente anillo.
Pero hubo un trofeo más del que no se habla tanto. También se hizo acreedor al Bat de Plata, un trofeo que se le otorga al mejor bateador de cada posición y el Toro resultó elegido como el mejor pitcher bateador por su aporte a la ofensiva. En la imagen que acompaña este artículo aparece posando con dicho trofeo.
En 1981, cuando los pitchers bateaban en la Liga Nacional, Fernando bateó para .250, con 16 imparables en 64 veces al bat y 7 carreras producidas.
Dos años más tarde, en 1983 volvió a ganar este trofeo y curiosamente en 1990 cuando tuvo su mejor temporada a la ofensiva bateando .304, no lo obtuvo ya que el nombramiento se lo dieron a Don Robinson de los Giants, a pesar de que el promedio de este último fue muy inferior.