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La llegada de Víctor González a Culiacán fue un desastre en todos los sentidos.
Y no solamente es el aspecto estadístico de sus números en el periodo que estuvo con los Guindas que ciertamente son muy malos con una efectividad de 8.44 en 5.1 entradas lanzadas en 6 juegos y una derrota sin victorias.
Pero, además, para llevarlo a Culiacán, los Tomateros tuvieron que soltar a Manny Bañuelos que llevaba con ellos marca de 2 ganados sin perdidos con un promedio de carreras limpias de 2.35 en 3 apariciones. Por cierto, Bañuelos en los Charros mantiene ese mismo nivel, aunque ya tiene una derrota que le quitó el invicto.
Otro detalle, y sin duda el más importante, es que justamente con la llegada del “Cora” el equipo se desplomó. Después de haber ganado el primer lugar en la primera vuelta con récord de 25-10, y con la llegada del de Nayarit el equipo se desplomó perdiendo 11 de los primeros 16 juegos de la segunda vuelta, y algo debió suceder internamente que hasta el mánager Oscar Robles fue despedido.
Ya veremos que sucede en el resto del calendario y en los playoffs donde Tomateros estará por lo conseguido en la ronda inicial.
En lo que respecta al pitcher, ojalá llegue lo mejor preparado posible a los campos de entrenamiento en febrero y logre quedarse en el equipo grande de los Angels. Pero debe estar consiente que debe mejorar su forma física antes de reportar con el equipo angelino.