Page 7 - Beisbol MX Num. 28
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Lo mejor de la miniserie de marzo de 2024 entre los Yankees y los Diablos Rojos fue el gran ambiente que se vivió en el estadio, adentro y afuera de las instalaciones del Estadio Alfredo Harp Helú desde horas antes del evento en ambos días.
La simple presencia de los Yankees generó una enorme expectación
y motivó a mucha gente que le gusta al beisbol a regresar al estadio después de muchos años de no hacerlo. Insistimos que el ambiente
fue lo mejor, la presencia de personalidades y el interés de las marcas patrocinadoras también abonaron a que la experiencia fuera inolvidable. El lleno fue absoluto los dos días.
LA PRIMERA BOLA:
MARIANO RIVERA Y ALFREDO ORTIZ
Fue un privilegio ser testigos del lanzamiento de la primera bola
en el primer juego por parte de Mariano Rivera, su presencia fue una agradable sorpresa y su reencuentro con Robinson Canó que le recibió la pitchada resultó muy emotivo.
Y también fue un enorme acierto cederle el honor de lanzar la primera bola del segundo juego a Alfredo El Zurdo Ortiz, un inmortal de los Diablos que por cierto abrió contra los Yankees en 1968.
BAUER, CANÓ Y STANTON JUGANDO EN EL ESTADIO ALFREDO HARP HELÚ
El que Trevor Bauer y Robinson Canó debutaran exitosamente demostrando su gran calidad fue fantástico y esperanzador para la fanaticada de los Diablos que se ilusiona con el título de la Temporada 2024. La experiencia de haber visto a Giancarlo Stanton en la CDMX, aunque no tuvo suerte con el bat, también resulta inolvidable.
GAMBOA Y ORNELAS
Por otra parte, la manera en que se lució Juan Carlos El Haper Gamboa los dos días también produji sentimientos muy agradables, estuvo sensacional con el guante y a la ofensiva también se hizo notar con un descomunal batazo de 4 esquinas en el segundo juego. Otro momento para no olvidar fue el atrapadón que le realizó Julián Ornelas a Giancarlo Stanton en el juego del lunes 25, robándole un extrabase.
LOS VISITANTES QUEDARON ENCANTADOS
El mánager y los directivos del equipo neoyorquino, así como los periodistas que vinieron desde Estados Unidos quedaron encantados con el ambiente, la pasión y el comportamiento del público de la CDMX. El entorno fue extraordinario y sin duda gana el beisbol mexicano porque todo mundo habló de beisbol y eso será siempre positivo.
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