Existen muchas leyendas en torno a Babe Ruth, con respecto a sus hazañas en el campo y a su imponente personalidad. Pero hay una historia trata sobre el Gran Bambino poco conocida de una vez que se ponchó y el lanzador que tal vez lo engañó. Esta es la historia de una niña llamada Jackie.
El 28 de marzo de 1931, el propietario de los Chattanooga Lookouts, Joe Engle, contrató a Jackie Mitchell para que lanzara para su equipo de Doble-A contra los Yankees en un juego de exhibición. Jean Patrick, autor de “The Girl Who Struck Out Babe Ruth”, dice que era común en ese entonces que equipos como Nueva York hicieran escala en ciudades de las Ligas Menores en el viaje en tren de regreso a casa desde los entrenamientos de primavera en Florida.
Engle era conocido por sus promociones a veces extravagantes, durante la Depresión, una vez regaló una casa con un auto en el garaje, una vez cambió a un jugador por un pavo y en general realizó publicidad y promociones increíbles para las ligas menores de beisbol.
Se dice que Engle vio el potencial de hacer dinero al contratar a Mitchell, pero también vio un talento muy especial. De 18 años de edad. Mitchell tenía experiencia en el baloncesto semiprofesional, jugando para equipos masculinos y femeninos en Chattanooga. La zurda estaba entrenando en Atlanta con el ex jugador de Grandes Ligas Kid Elberfeld cuando Engle observó y formuló un plan. Sabía que esto era más que un truco publicitario, que ella no iba a salir y avergonzarse.
Frente a una multitud de 4,000 personas, Clyde Barfoot fue el abridor de los Lookouts. Muy pronto en el juego, el mánager de Chattanooga, Bert Niehoff, llamó al bullpen y puso a Mitchell a lanzar contra los Yankees y el primer contrario era nada más ni nada menos que Babe Ruth.
Ruth entró en la caja y tomó un primer lanzamiento alto para una bola y después de hacer swing a través de los dos lanzamientos siguientes, dejó pasar el cuarto lanzamiento para el tercer strike. Ruth golpeó su bate con ira y se volvió hacia el umpire, probablemente para discutir la decisión.
Mucha gente dijo que ella tenía una habilidad asombrosa para adivinar a los bateadores…tenía un control fenomenal y podía hacer que la bola quebara, ya fuera un sinker o una curva rompiente. Mitchell pudo exhalar, pero solo por un segundo. El siguiente era Lou Gehrig, quien se ponchó en tres lanzamientos para el segundo ponche de su legendario debut. Y después de pasaportear a Tony Lazzeri en cinco lanzamientos, la salida de Mitchell estaba terminada. Broome dice que se suponía que la zurda lanzaría más tiempo, pero había trabajado demasiado su brazo en preparación para el gran juego.
Después del juego ante decenas de periodista, Mitchell dijo: “Me alegro de tener el placer de lanzar contra el Sr. Ruth y el Sr. Gehrig, creo que ambos son buenos hombres y grandes jugadores de beisbol… No veo nada extraño en que los haya ponchado, sólo traté de hacer lo mejor que pude y soy la chica más feliz del mundo”.
Después Mitchell pasó a jugar para otros equipos profesionales, así como para House of David, el equipo de beisbol de una comunidad de Michigan que organizaba partidos de exhibición al estilo de los Harlem Globetrotter para recaudar dinero.
La pregunta que más se formuló fue si Ruth y Gehrig se poncharon a propósito. Es importante recordar que Ruth había aparecido en varias películas, por lo que era un actor experimentado y muchos piensan que se delató por la forma en que arrojó su bate después de que le cantaron el tercer strike.
Algunos historiadores tacharon de “gracioso” que una bola rápida de 65 mph pudiera engañar a alguien. Pero, por el contrario, otros decían la bola renta funcionó a favor de Mitchell, contra jugadores que están acostumbrados a ver velocidades mucho más rápidas. Ruth y Gehrig estaban preparados para enfrentar lanzamientos de 90 millas por hora.
Estos últimos analistas recordaron que ninguno de los dos necesitaba el dinero, que Ruth no era conocido por respetar a las mujeres, y que Gehrig era demasiado “honesto” para falsificar ningún juego. También que Mitchell nunca intentó sacar provecho de su historia y siempre sostuvo que era real.
Sin importar lo que realmente haya sucedido, Mitchell se convirtió en una leyenda. En 1982 los Lookouts honrando su legado, la invitaron a lanzar la primera bola de la temporada y, más recientemente, crearon un muñeco cabezón de ella para que las generaciones futuras puedan recordar lo que fue posible en ese fatídico día de abril, hace ya, 94 años.
